martes, 2 de septiembre de 2014

Recomendación de septiembre

Este mes vamos a recomendar una bonita novela, muy leída y muy demandada entre nuestros lectores y lectoras: se trata de la titulada “El cielo ha vuelto”; de la escritora Clara Sánchez. Esta novela ha sido galardonada con el Premio Planeta 2013.

Vamos con unos datos de la autora: Clara Sánchez nació en Guadalajara, pasó su infancia en Valencia y acabó estableciéndose en Madrid. Tras desempeñar otros trabajos, enseñó durante bastantes años en la universidad y participó regularmente en distintos medios. En 1989 publicó la novela ”Piedras preciosas”, a la que siguieron varias, quizá las mas conocidas son “Últimas noticias del paraíso”, por la que recibió el Premio Alfaguara de Novela 2000, “ Lo que esconde tu nombre” que obtuvo en 2010 el Premio Nadal de Novela, y”Entra en mi vida”. Ha sido galardonada con el Premio Germán Sánchez Ruipérez al mejor artículo sobre Lectura publicado en 2006. Su obra, traducida a quince idiomas la ha convertido en una de las autoras españolas más reconocidas, con ventas superiores al millón de ejemplares.

El argumento de la novela es el siguiente: Patricia es una joven modelo de pasarela cuya vida parece marcada por el éxito. En un vuelo de trabajo conoce a Viviana, su compañera de asiento, que le advierte que tenga cuidado porque alguien de su entorno desea su muerte. Descreída y nada supersticiosa, cuando Patricia regresa a la felicidad de su hogar decide olvidarse de esta recomendación sin fundamento. Hasta que una serie de fortuitos accidentes, que afectan a su trabajo y a su vida privada, la llevan a buscar a Viviana para encontrar una explicación a estos sucesos.


El cielo ha vuelto” podría definirse como una historia intimista narrada con ritmo y elementos de thriller al que, como contrapunto de una historia muy actual y pegada a la realidad, se le añaden ciertos toques esotéricos y de la sabiduría ancestral. Es una novela crítica sobre el mundo de la moda, la ceguera que a veces nos nubla y la cobardía social que nos impide descubrir la verdad (o más bien asumirla) y rebelarnos contra los que nos hacen daño.